Viaje a Marruecos - preliminares

De izda a drcha: Pastor bereber, yo, César, Marcos y Dani
El viaje realmente no comienza hoy, si no mucho más atrás (prácticamente un año antes) tras la idea de realizar un viaje en moto con mi amigo Dani, con el cual no era la primera vez que realizamos algún viaje sobre dos ruedas (MTB) así como algunas otras andanzas por Pirineos, Gredos y demás. Además mi último viaje grande por Marruecos había sido con él en el 2011 como se observa en la foto de la derecha. 
La Kawa con la que aprendí a conducir


Todo surgió en el verano del 2017, cuando Elena estaba estudiando el semestre de verano en Gales, cuando decidí más por impulso que por razón a apuntarme a la autoescuela para sacarme el carnet. Tenía tanta motivación en ello que el teórico lo saqué sin errores en corto tiempo y en nada también el práctico, lo cual permitía conducir cualquier motocicleta de cualquier cilindrada que hubiese en el mercado.  


Así que al final del verano 2017 ya disponía de mi carnet de conducir A y solo me faltaba mi primera máquina con la que empezar este gran sueño. Tenía claro que fuese la moto que fuese tenía que ofrecerme un mínimo de seguridad (ABS a ser posible) para comenzar, así como ser cómoda para realizar viajes y trayectos largos,  que era el uso principal que le quería dar a la moto. Además de eso no descartaba hacer algo de uso offroad, así que tampoco buscaba una moto puramente asfáltica.

BMW F 650 GS 3ra mano 25tkm 
Entre algunas ideas estaban la Suzuki V-Strom 650, la mítica BMW F 650 GS monocilíndrica así como la sucesora de este modelo con motor bicilindrico, que era algo más cara. La V-Strom me pareció bastante grande para mi así que rápidamente la descarté. Finalmente me decidí por la bicilindrica del año 2009, ya que me pareció bastante más moderna, cómoda y fácil de conducir que su predecesora.  Aunque ésta era algo más cara,  me permitía tener una moto de “iniciación” que a su vez también es una gran moto para ya iniciados. En definitiva tendría moto para rato.  


Momento de transportar la moto desde Schubert Magdeburg
hasta casa en la furgo. 

En realidad me compré la BMW F 650 GS en gran parte debido a las buenas experiencias de Dani con esta moto, ya que el mismo también posee la misma burra. Puesto que ya había conseguido mi carnet y ya tenía una moto, lo siguiente en lo que había que pensar era en el primer viaje.


Dani tenía las ganas de ir a Marruecos en moto desde hacía ya bastante tiempo, pero aún no lo había podido llevar a cabo. Y puesto que yo conozco relativamente bien el país y además ya habíamos viajado previamente en TT juntos en el año 2011, pensamos que era una buena idea repetir viaje pero esta vez sobre dos ruedas. La idea de ir a Marruecos con menos de un año de experiencia de carnet no me terminaba de convencer, ya que necesitaba antes coger experiencia para ir con cierto margen de seguridad. Así que empezamos a plantear otras ideas, como la de ir a Sicilia y Córcega como viaje inicial, que además sería un punto intermedio donde nos podríamos encontrar.

Sin embargo, tras un tiempo montando y realizando salidas por Alemania, me empezaba a dar cuenta que me sentía bastante cómodo encima de mi BMW y la idea de Marruecos empezó a tomar fuerzas nuevamente. La gran pregunta era como llegar con la moto desde Braunschweig hasta Marruecos…

Desde Braunschweig hasta Málaga hay mínimo unos 2600 km y considerando solo autopistas, lo cual no es el objetivo de un viaje en moto. Las posibilidades para llegar hasta Marruecos eran bastante diversas:
1.- Enviar la moto desde Braunschweig hasta Málaga y volar hasta allí (mínimo 500€, además que era un rollo el que alguien tuviera que esperar a la moto en Málaga. Por algún motivo esta idea no me gustaba nada)
2.- Alquilar una moto (mínimo 100€ al día, y sería una moto diferente a la que no estoy acostumbrado, mal rollo también)
3.- Bajar conduciendo por carreteras chulas hasta Málaga (esto hubiera sido sin duda lo más guay, pero no tenía tanto tiempo para eso).
4.- Bajar hasta el Mediterráneo (Génova, Marsella o Montpellier) de ahí tomar un ferry hasta Nador o Tánger. Esta idea ya empezaba a tener más sentido, a pesar de que el trayecto en ferry sería bastante largo. Sin embargo,  la distancia a recorrer hasta el puerto seguía siendo bastante grande (unos 1400 km). Si quisiera llegar rápido no me podría enrollar mucho con carreteras secundarias, que es lo realmente interesante. Sin embargo, esta opción no era mala del todo.
5.- Tren-cama (Autozug) nocturno desde Hamburgo hasta Lörrach (frontera alemana con suiza), donde puedes transportar la moto. Desde allí tendría que continuar hasta el puerto de Sète (Montpellier). Desde Sète saldría un Ferry de la naviera GNV hasta hasta Nador (ciudad marroquí colindante con Melilla, ciudad en la que nací y con la que obviamente sigo manteniendo lazos estrechos) en una travesia de 39h con dos noches incluidas. ¡¡¡Esta sería la solución perfecta!!

El tren (Autozug) saldría el mismo viernes 28 de Septiembre sobre las 20:00 desde Hamburgo-Altona, así que saliendo temprano del trabajo tendría tiempo para llegar desde Braunschweig (180 km) sin problemas. De esta forma estaría el mismo sábado por la mañana en la frontera con Suiza, y de ahí tendría unos 900 km de puro divertimento atravesando los Alpes suizos y franceses por carreteras de ensueño hasta llegar al puerto de Sète. El barco saldría el martes 02 de Octubre a las 20:00, así que tenía prácticamente 4 días para realizar el trayecto, y lo más importante era el poder disfrutarlo.

Inicialmente comenzaría este viaje en solitario, más que nada porque Elena no tenía tanto tiempo para un viaje tan largo y a mí me parecía bastante complejo ir los dos en la moto hasta Marruecos. Si ya siento una gran respeto haciendo este viaje solo en la moto, el llevarla a ella detrás ya me resultaba un peso aún mayor (en sentido literal y figurado). Sin embargo, la primera parte hasta Séte era relativamente fácil (quitando todos los puertos y carreteras de montaña que tenía planeado hacer en Alpes J) ya que son carreteras en buen estado.

 Así que busqué vuelos desde Montpellier hasta Alemania de vuelta con la casualidad que encontré un billete por 50 € a Berlin el mismo día que salía mi barco. De alguna forma u otra todo encajaba perfectamente que ni yo me lo creía. Le comento la idea a Elena y ella acepta. 

El viaje tomaría un color diferente. Viajar solo puede tener sus ventajas ya que solo dependes de ti mismo y solo tienes que consultarte a ti mismo a la hora de tomar todas las decisiones. Sin embargo  viajar acompañado con alguien de tu confianza siempre multiplica la experiencia del viaje, ya que compartes todos los buenos momentos con alguien, al igual que los no tan buenos. Levantarse, por ejemplo, con el primer amanecer y palpitar al ver las primeras luces del alba que asoman detrás de picos de más de 3.000 m y no poder comentar el momento con nadie es algo realmente triste. Son momentos que se disfrutan más en compañía, para mi gusto. Aunque lo cierto que en algunos casos preferiría estar solo a tener una mala compañía, en este caso no iba a ser así y Elena  sería sin duda una gran compañera de viaje. 

Por último, y no poco importante, además de planear las etapas y el itinerario de antemano habría que ocuparse también de algunos detalles. La moto tenía que estar en perfectas condiciones, ya que tanto tu seguridad como tu viaje depende de ella.  Así que tuve que cambiar los neumáticos, frenos así como cambiar los rodamientos de la rueda trasera que resultaron estar en las últimas. Elena no tenía ropa de moto y eso también era importante. Así que había que organizar todo lo necesario. Por suerte consiguió una chaqueta y un pantalón de una compañera del trabajo. Finalmente y con poco margen conseguimos reunir todo lo necesario y pudimos realizar el fin de semana anterior una pequeña salida de prueba al Harz. Todo estaba preparado para salir…

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